A partir de 1091, y tras la muerte del gobernador de Córdoba, Al Mamum, se realizaron una serie de conquistas y guerras entre almorávides y cristianos al principio para dar paso al asedio del pueblo magrebí, los austeros y ortodoxos almohades. Pero la conquista de Alfonso VIII -que sitió la ciudad durante nueve meses hasta que al final consiguió agotar a sus habitantes por el hambre o con proyectiles- llegó el 21 de Septiembre de 1177, festividad de San Mateo. Tras la conquista, Cuenca aumentó su población muy rápido, constituyéndose en ella una sede episcopal y un concejo que se rigió por el Fuero de Cuenca, considerado por los juristas como uno de los más perfectos. Escrito en latín, aunque traducido posteriormente al castallano, su importancia radica en ser el prototipo de los fueros de Castilla, León, Aragón y Portugal. De esos privilegios que acogía el fuero, se hizo célebre el dicho "di que eres de Cuenca y entrarás de balde".
Una vez conquistada Cuenca, no tardaría en cambiar su aspecto urbanístico: los musulmanes quedaron relegados a su barrio, la zona de Mangana, donde conservaron una mezquita; los judíos, ocuparon la calle de Zapaterías; mientras que el resto fue ocupado por los cristianos. La vida se desarrolló en torno a la Plaza Mayor, alrededor de la cual se tejía un entramado de callejuelas y rincones donde se alternaban casas, talleres de artesanos y tiendas de mercaderes.
La muralla que rodeaba Cuenca disponía de seis puertas y tres portillos. Mediante los que la ciudad se comunicaba con el exterior y por las noches eran cerrados para proteger la urbe de posibles ataques imprevistos. Sobre la muralla se construyeron varias iglesias como la de San Miguel y San Juan en la parte del Júcar, y las de San Martín, Santo Domingo, Santa Cruz y San Gil en la del Huécar. También en el centro se construyeron iglesias, algunas de ellas ya desaparecidas y otras no, como las de el Salvador y San Andrés. Así, el aspecto de Cuenca por esas fechas era el de una ciudad con muchas iglesias, casas adosadas a la muralla rocosa, una muralla rodeando la ciudad y el castillo, dominando toda la población.
Durante los siglos XIV y XV las contiendas entre bandos nobiliarios generó la configuración de la parte baja de la ciudad. Aparecieron nuevos barrios y Cuenca transformó su esplendor urbanístico y arquitectónico de la Baja Edad Media en una ciudad pujante e industrial con una notable expansión económica, atribuida sobre todo, a la producción textil y ganadera, que más tarde sufriría un hundimiento como consecuencia de la subida del precio de la lana. Durante la Guerra de Sucesión la ciudad apoyó a la causa de Felipe V, quién recompensó a sus ciudadanos añadiéndose el título de Fidelísima y posteriormente, el de Heroica, a los de Muy Noble y Muy Leal, que ya ostentaba la ciudad.
En el siglo XIX queda consituida la ciudad actual, siendo la calle Alfonso VIII su principal vía que comunica con la Plaza Mayor y la hoz del Huécar como la frontera entre las dos zonas de Cuenca. Pero además, en estos dos siglos Cuenca sufrirá los efectos de la Guerra de la Independencia: pérdida de preciados tesoros artísticos, joyas y cuadros, además de ser incendiada en las Guerras Carlistas o en la Guerra Civil. Actualmente, la parte alta de la ciudad no es la arteria principal mientras que la parte baja se convierte en centro económico y social, con la calle Carretería como centro urbano, administrativo y burocrático.
La parte alta se queda pues para ubicar: Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad Menéndez Pelayo, Archivo Histórico, Parador de Turismo, Ayuntamiento y Museo de la Ciencias.
En la actualidad Cuenca tiene alrededor de 55.000 habitantes y el 16 de agosto de 1982 se constituyó la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, a la que Cuenca pertenece junto a Toledo, Ciudad Real, Guadalajara y Albacete, con la publicación, en el Boletín Oficial del Estado, del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha. La ciudad de Cuenca ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad y está nominada para ser Ciudad de la Cultura Europea 2016.
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Photos: David Sánchez
11 comentarios :
q bolso mas mono!!1
y yo q no he stado en Cuenca. Cuando venga mi xico le tirara de las orejas y nos lo apuntamos para la prox.
bsss
Lo tuyo es un no parar!
Estuve en Cuenca el año pasado, de vuelta de un viajecito a Andalucía. Bien merece una visita!
Se come taaan bien...mmmmmmmmmmmm
Bss,
xx
Jo, que fotos más chulas! Estuve allí cuando era pequeña, pero la verdad ya ni me acordaba...
Y por cierto, ¿no te puedes estar quieta? Menudos viajecitos guapa!
Un beso
Me ha encantado el look que llevas en cuenca....yo de mayor quiero ser como tú ¡toooo el día viajando, joooo!
bssss
Que preciosidad de lugar no? Me lo apunto como mi próximo destino
;)recuerdos
L'imperdible de ℓ'Àηimα
Siempre que he ido me ha sorprendido...
Zepequeña.
Nunca he estado en Cuenca. Lo único que sé es que en invierno hace mucho frío...
Me encanta el mono de Blanco!!!!Genial todas las combinaciones!!
Besos!!!
Resdescubro las ciudades gracias a ti.
Gracias, como siempre ;)
No lo conozco pero tiene una pinta genial!!!
Un besote
el bolso es ideal y tú más!!! ¿habrá algún día en el que te quedes quieta my little willy fog? jejeje
¿Te he dicho alguna vez que me encantas?
Kisses,
Ch.
Me encanta este bolso de Nice Day!!! bueno, en general son fan de esta firma!! te quedó muy bien el conjunto!
pasate por mi blog, que stamos de sorteo!
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