Full day at Vilnius, Lithuania, where churches are everywhere

En torno a las Puertas del Amanecer (arriba), que es la única que se conserva de las antiguas murallas del s.XVI, y a la Iglesia de San Casimiro, se concentran monumentos que dan testimonio del estilo barroco de Vilnius.

Pilar's outfit: camisa y blazer Stradivarius, camiseta Mango, falda Zara, 

bolso Blanco, naúticos Camper, anillo Bimba&Lola.

De clara influencia italiana, el Ayuntamiento se enfrenta físicamente a la Iglesia de San Casimiro (abajo) que curiosamente fue museo del ateísmo entre los años 60 y 90.

Esta ciudad, al igual que todo el país, está repleto de contradiciones fruto de un agitado y convulso pasado que ha zarandeado constantemente sus ideales e idiosincracia.

Las iglesias cristianas copan las calles de la ciudad y están llenas de devotos, además de por turistas asombrados por tanta fe. La barroca Iglesia del Espíritu Santo, es el centro religioso de la fe ortodoxa en la Vilnius.

La Iglesia de Santa Teresa, fundada por la Orden de Santa Teresa de Jesús, toda una sorpresa por estas latitudes.

La de San Juan o la de Santa Catalina (foto superior) que hoy día se utiliza como sala de conciertos,

y la Puerta de Basilia, otra muestra arquitectónica del barroco en Vilnius.

Pasear por sus calles es otro de los placeres de esta ciudad, la más antigua de la zona centro es la de Vokieciu, pero para mi gusto, la gran reliquia de Vilnius es su barrio judío del que queda solo el espíritu y la Sinagoga Coral, de principios del siglo pasado. Es la única de Lituania que sobrevivió al exterminio nazi.

Está en la calle Pylimo 39 y su interior es realmente increíble. Conozco la de PRAGA y la de DUBROVNIK y cada una de ellas es diferente, aunque la simbología (tan distinta de la del cristianismo, a la que mi cultura occidental me ata desde pequeña) es la misma. Es el único testigo que dejó la II Guerra Mundial en la ciudad y la sombra soviética.

Otras cosas que debes visitar si vas a Vilnius son: la Iglesia gótica de Santa Ana (la mayor de la ciudad) que impresionó tanto a Napoleón que quiso llevársela a Francia. La Iglesia Bernardina (la que está detrás), que aún la están restaurando por dentro y que sirvió de barracones para las tropas rusas.

La Iglesia Ortodoxa de Santa Madre de Dios, del s.XIX y levantada sobre un templo pagano,

La Iglesia de San Paraskeva, también ortodoxa pero más pequeña que la anterior y que la siguiente

me refiero a la Iglesia Ortodoxa de San Nicolás que está plantada en una de la calles más bulliciosas del caso antiguo, muy cerca del Ayuntamiento.

Vilnius es una ciudad que da muchísimo de sí. Arriba está la torre del campanario de su Catedral de la que os puse fotos en el post de ayer. Mañana vamos a Tartu pero antes nos esperan otros sitios muy interesantes por el camino...

Fotos: David Sánchez Núñez