El Cairo: Piramides Giza y Plaza Tahrir

Lo primero que hicimos al llegar a El Cairo fue dejar el equipaje en el hotel. Y de ahí a la meseta de Giza a conocer su necrópolis: las pirámides construidas por los faraones de la cuarta dinastía Keops, Kefrén y Micerino, además de la Gran Esfinge. El Museo Egipcio y la plaza Tahrir (donde las famosas revueltas de la Revolución Egipcia en 2011). A través de un amigo egipcio alquilamos un mini bus de la compañía Garden city travel que nos llevaba a cada sitio fácilmente. Nunca he estado en una ciudad con tanto caos de tráfico y es que allí no hay normas sino 'recomendaciones'. Como os digo. Vamos que Italia, Croacia o Marruecos, se quedan 'en pañales' al lado de El Cairo.

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No se respetan las rayas continuas en los adelantamientos, no hay apenas señales verticales de límites de seguridad, semáforos o rotondas. Los peatones cruzan por donde quieren, tanto en ciudad como en autopista, esquivando a los vehículos. Nadie (literalmente) usa el cinturón de seguridad pero desde luego se nota que los conductores están experimentados porque apenas hay accidentes de tráfico para lo temerarios que son. 

Todos pitan constantemente, sea la hora que sea, y eso es un problema porque el tráfico es constante las 24 horas en una ciudad que no duerme pues las tiendas, mercadillos y comerciales no cierran. Trabajan por turnos los 365 días del año. Y luego decimos que los chinos... Tanto tráfico genera un montón de polución, especialmente porque los tubos de escape de los coches, la mayoría de avanzada edad, no funcionan bien. 

Los medios de transportes allí son el bus, taxis, una especie de minibuses llamados 'Eltranco', tuc-tucs (que han copiado de la India) y el metro (que tiene un vagón solo para mujeres).

La primera tarde fue para visitar el Gran Bazar de Khan el-Khalili donde hay una tienda que se llama 'Jordi' en el número 8 del Gran Bazar y donde encuentras los artículos de plata más baratos (porque la venden al peso). En 5 El Baddistan Lane del Gran Bazar de Khan el-Khalili está ubicado el restaurante Naguib Mahfouz, donde se come de miedo. En realidad, tan bien como en todos los sitios donde hemos estado y que os iré recomendando en los siguientes post. 

Por unos 10 euros (75 libras egipcias) comes calidad y cantidad seguro. Lo importante es que no comas verdura cruda ni la fruta con cáscara, tampoco beber agua que no sea embotellada (ojo, tampoco te laves los dientes con agua del grifo) para no contraer ningún virus que te fastidie el viaje y el aparato digestivo, claro. Y como es un país con tradiciones musulmanas, no hay alcohol en los restaurantes pero a cambio, los zumos naturales que te preparan son divinos, como el sorbete de limón con menta.

Outfit. zancos Zara, falda HyM, cinturón Iridike, blusa Blanco, bolso Primark, pamela Dayaday, gafas sol Armani

Ya el domingo muy temprano, nos fuimos rumbo a las pirámides de Gizeh, las únicas supervivientes de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo. Después de 4.000 años ahí siguen esos mausuleos que situaban al faraón entre lo mortal y lo divino.

En la meseta de Gizeh, además de las pirámides y de la Esfinge, hay toda una plaga de acosadores que intentan venderte hasta su alma y cobrarte hasta por hacerte una foto. Es más, incluso la Policía Turística te saca libras egipcias por acompañarte a un lugar o incluso por hacerte una foto! El turista es una presa fácil para ellos y eso, con el paso de lo días, te quema cantidad la moral y la paciencia. 

Mi consejo es que estéis muy pendientes en todo momento de hacia donde vais, no les prestéis atención (aún a riesgo de parecer maleducados), no les miréis ni contestéis a sus preguntas, haced como si no los entendiéseis y seguid vuestro camino con la mayor indiferencia para que os dejen en paz.

La pirámide más grande de Egipto está allí y es la de Keops. La de Kefrén parece más grande que la otra pero porque está sobre un terreno más elevado y con la punta protegida por una cubierta de caliza. La más pequeña es la de Micerinos. La Esfinge, que conduce a la pirámide de Kefrén, se está deteriorando irreversiblemente y sin solución, de momento. Se cree que el motivo es la mezcla de contaminación y la subida de las aguas. Una pena.

Por la mañana también hubo tiempo para visitar el Museo Egipcio (de lo que más me ha gustado de la ciudad) un imprescindible para conocer más sobre el antiguo Egipto y su evolución. Es una pena que no te dejen meter la cámara porque hay unas fotos increíbles como: la galería de Tutankamon con todos sus tesoros que incluyen: dos estatuas a tamaño real; el trono con patas de leon; la caja que guardaba la peluca del faraón; sepulcros de madera dorada; divanes funerarios; sarcófagos dorados y lo más importante... su portentosa máscara mortuoria. Todo un icono egipcio.

Outfit: pamela Dayaday, falda y cinturón Mango, blusa vintage, zancos Zara, bolso Primark. 

Bárbara lleva vestido de HyM y rebeca de Mango.

Para que os hagais una idea. Esta es una copia de las estatuas que están en el museo como parte de la galería de Tutankamon. La foto es de una tienda del barrio copto que ya os relataré en otro post. Otras visitas que no te puedes perder en el Museo Egipcio son: las Tumbas Reales de Tamis; las Momias Grecorromanas; la orfebrería egipcia antigua; las momias de animales; la tecnología faraónica; la Sala de Amarna y las Salas del Imperio Antiguo.

Por cierto, ¿veis ese edificio totalmente quemado junto al Museo? Era el cuartel general del partido de Mubarak. El Museo Egipcio está en un extremo de la Plaza Tahrir y también sufrió los efectos de la revolución: saqueo de dos momias y el incendio de sus jardines. Parece mentira que hace solo dos meses aquello era una guerra. 

Ahora casi no se aprecia, a no ser por edificios quemados y pintadas en muros, porque la ciudad ha vuelto a la normalidad. Bueno, casi, porque sigue habiendo manifestaciones pero por gremios o grupos sociales que siguen reivindicando sus derechos como en la foto de arriba.

Esta es la Plaza de Tahrir que tantas veces hemos visto en los informativos de la TV repleta de cairotas. Ahora circula el tráfico por ella y parece otra. En la boca de metro de la plaza hay pintadas como la de la foto de abajo. La verdad es que se nota, por el escaso turismo que hay, que hace poco ha habido allí problemas serios. Los turistas no quieren arriesgarse.

Yo fui por la boda porque si no, os aseguro que hubiese esperado. Ellos quieren que todo vuelva a la normalidad y nos piden, a los pocos turistas que los visitamos, que contemos que ya no pasa nada, que es un lugar seguro y que vayamos. No me extraña que insistan porque el turismo es su gran fuente de ingresos y notan la ausencia, en el bolsillo...

Continuará/To be continued

Fotos: Sánchez Núñez / Bárbara Ruth Llamas Bernal

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Working Outfit:

 

Vale. Estamos de vacaciones pero ¿por qué no una propuesta para ir al trabajo? En realidad queda poco para volver a la cruda realidad ¿no?

Me encanta el gris combinado con rojo así que aquí os dejo este outfit con y sin chaqueta.

zapatos, camiseta Zara

falda Mango

fular Parfois

bolso Loewe

chaqueta Sfera

gafas sol HyM

pendientes, collar perlas El Corte Inglés

anillo Uterqüe