Mora de Rubielos, Forcall y Morella

La semana que viene se celebra la Feria de Abril en Sevilla. En el centro de la ciudad ya se siente el nerviosismo general por tan anhelada cita y no sólo por parte de los sevillanos sino por la todos los extranjeros que han decidido instalarse en la city para disfrutar de su Semana Grande.

Pero todavía tengo algunos episodios que contaros de mi viaje de Semana Santa por la geografía española. ¿Nos ponemos en marcha? Tras disfrutar de dos preciosas ciudades medievales: Teruel y Albarracín, nos dirigimos a Peñíscola pero por el camino fue imposible no pararse para impregnarnos de toda la belleza y la historia que acontece en Mora de Rubielos, Forcall y Morella. Fueron paradas como suspiros. Insuficiente para rincones con tanta magia. Pero se imponía el tiempo – 5 días no dan mucho de sí-.

Mora de Rubielos está enclavada en la Sierra de Gúdar, a unos 1.035 m de altitud. Conquistada en 1171 por las huestes de Alfonso II “El Casto”, la que probablemente fuera un poblado ibérico primero y un asentamiento árabe después, pasa a ser la plaza cristiana más avanzada de Castilla. Y así, la villa va pasando de unas manos a otras – de familias nobles, eso sí- hasta llegar a las de Juan Fernández de Heredia cuyo poder se afianza en el señorío de Mora, pariendo importantes construcciones como: la Colegiata de Santa María y el impresionante castillo-palacio que la domina.

Queden estas bellas imágenes como testigo de nuestro paso por allí que, por cierto, cayó en lunes y estaban los monumentos cerrados.

Camino de Forcall nos asaltaron imágenes aún invernales como ésta.

Y así fue como llegamos al valle donde confluyen los ríos Bergantes, Caldes y Cantavieja para disfrutar en Forcall -provincia de Castellón- de unos ricos manjares -os recomiendo la ensalada templada de perdiz- en

el Restaurante Mesón de la Villa, ubicado en su plaza mayor, donde se alza el Palau dels Osset - Miro y otras casonas históricas, cabeceras de callejuelas típicas dignas de unas fotos.

El restaurante Plaza Mayor está instalado en los bajos del antiguo ayuntamiento y aunque está a ras del pavimento de la plaza, tienes la sensación de entrar en una cueva.

Estaba lleno de comensales que hablaban valenciano en un tono alegre -fuimos los últimos en salir por eso no hay nadie en la foto- del que captaba algunas palabras que iban cosiendo una conversación sobre empresas valencianas. A la vez que escuchaba -el tono era tan alto que hubiera tenido que estar sorda para no prestar atención- me maravillaba de la riqueza lingüística e idiomática de este país que es España. Salió la palabra Mercadona, me acordé de mi hermana pequeña -que trabaja allí- y la TV me hizo un guiño con el publireportaje de “Andalucía te quiere” en la TVE1. Sentí nostalgia...

Portal de Sant Mateu

“Carretera y manta” -como decimos por el sur, hasta llegar a Morella, ciudad amurallada de la comarca de Els Ports, que se alza valiente sobre la cumbre de una montaña siendo el Castillo su parte más alta.

Cruce de caminos entre el Valle del Ebro y el Mediterráneo, enlaza Cataluña, Aragón y Valencia a la vez que guarda en su memoria importantes episodios de todas las civilizaciones que la han habitado desde la Prehistoria hasta nuestros días.

Sus calles de formas caprichosas, su castillo y murallas, han servido de escenario para nobles figuras como Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, quien libró dos batallas en la comarca al servicio del rey musulmán de Zaragoza en el siglo XI.

Su gótica Basílica de Santa María la Mayor con dos pórticos, cerrada por cierto lo que nos vetó la posibilidad de admirar su órgano que está catalogado como el más importante de la Comunidad Valenciana.

Su judería, llena de sombras y luces que desprenden un embrujo sobrenatural en sus estrechas callejas y portales.

Sus casas solariegas, testimonio de la presencia de nobles y burgueses en su historia.

O sus leyendas, que salpican los muros de las casas como ejemplos vivos de creencias sobrenaturales.

Hasta su Ayuntamiento -poblado de gigantes que me recordaban muchísmo al de Palma de Mallorca- tiene el premio Europa Nostra a la restauración, sobre todo por sus dos salas góticas.

Próximo destino: Peñíscola y su Papa Luna

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Working outfit:

Cada día me gusta más, este vestidín de Blanco. Tiene dos meses en mi armario y es la primera vez que lo llevo con tonos pastel. El trench es de Primark.

Zapatos de Mango

Bolso de Blanco

Torerita de Trucco

Pendientes de Elena Bernal (Sevilla)

Anillo de tienda Venecia (Italia)

Pulsera de Juicy Couture

Y es que POR FIN! fuí al Centro Comercial Área Sur de Jerez de la Frontera (Cádiz) el sábado pasado -previo rimmel en los WC-. En realidad, íbamos a casa de mis padres, en Chipiona (Cádiz) a ver el Madrid-Barcelona pero de camino... pues eso.

Que fuimos a Primark -el único que hay en Andalucía- y me traje, además del trench - por 6 euros!!!- las medias, el pañuelo y el broche de camelia con perlas. Hubo más... ya os lo iré enseñando.Y para abriros el apetito, os dejo imágenes de lo que cenamos. Yo nunca había probado la ensalada templada de higaditos hasta que fui a Orleans (Francia). Desde entonce me hice adicta.

Y como estábamos en la playa... cómo resistirse a unos gambones en su salsa? uuhhmmm. Todavía me estoy relamiendo. Uff, tengo muy buen pico. Lo siento.

Y aunque se que este post se hace largo, no puedo despedirme sin antes presentaros los nuevos productos cosméticos que he adquirido y que me encantan! Os lo recomiendo sin dudarlo.

Las productos de Natura Bissé son geniales y ahora estoy usando estas dos mascarillas que me encantan. La Algotherapy es de arcilla y limpia la piel en profundidad mientras que la Diamond Ice-lift tiene un efecto "buena cara" increible. Os lo digo de veras. Es cara -más de 100 euros- pero lo vale. El exfoliante de Dior tiene un gránulo hiper minúsculo con lo que llega a todos los ricones del cutis y te deja la piel lista para recibir las mascarillas. Últimamente estoy usando también el contorno de ojos de Natura Bissé línea Diamond, el más fuerte y lo noto.

Ahora sí. Hasta la próxima...