Teruel, much more than a love story

Teruel es una ciudad que ha sido testigo del paso de diversas culturas y civilizaciones a lo largo de su historia. Rica en leyendas, sobresale una que es bien conocida -al menos en España- la de los amantes.

Pero Teruel es mucho más que esta historia y no comprendo por qué es tan secreto su mérito. Amaneció y el sol estaba allá arriba deseando iluminar nuestros pasos.

Cruzamos el Viaducto peatonal y para hacer un camino distinto al de la noche anterior, salimos hacia la izquierda en busca de La Escalinata, construcción de principios de siglo pasado de estilo neomudejar que tiene un relieve sobre la historia de los amantes y que une la estación de tren con el casco histórico.

Por cierto, justo enfrente de este monumento hay un restaurante que os recomiendo. Se trata del Mesón Ovalo, en el Paseo del Ovalo 2. Abren todos los días excepto los lunes y tienen unos postres caseros riquísimos. Nosotros probramos la torrija de brioche con helado de leche. De platos principales tomamos: ensalada gourmande con mollejas de paté y setas; jarrete de cordero con robellones; y variado de setas con arroz basmati. Una delicia todo y el precio, razonable.

Seguimos nuestro trayecto hacia la Torre de San Salvador, casi gemela de la de San  Martín y coetánea. En esa misma calle está la Iglesia -del mismo nombre- a la que nos asomamos sin poder entrar por no interrumpir la misa y cuando volvimos, no pusimos entrar porque ya estaba cerrada!. La Torre de San Salvador se levanta majestuosa cerca de la Puerta de Guadalaviar. Se levantó en los primeros años del siglo XIV y está constituidas por dos torres: la exterior, de ladrillo; y la interior, de mampostería, quedando entre ambas las escaleras por la que se puede subir. 

El arco de la parte baja se cubre con bóveda de crucería a la que sigue una sucesión de arcos mixtilíneos entrecruzados y de lazos de cuatro formando estrellas de ocho puntas combinadas con cruces. Una obra de arte sin duda.

Al final de esa calle, reencuentro con la Plaza del Torico que estaba llena de gente -nada que ver con la noche anterior- porque era inmimente el paso de la borriquita por allí. Como así fue en un breve espacio de tiempo.

Los niños eran los protagonistas de la escena. Tocando tambores y marcando el paso como el que mas. Clara tradición heredada de sus padres.

Pero había que darse prisa porque el Museo Provincial me estaba esperando con la exposición, que prorroga -hasta el próximo 9 de mayo por el exitazo que está teniendo-: "La edad de oro de la alta costura", una posibilidad maravillosa para contemplar parte del rico y variado trabajo creativo realizado por los principales modistos españoles, entre 1920 y 1980.

¿Qué os puedo decir al respecto? Alrededor de 150 piezas entre vestidos, sombreros, zapatos, bordados y bocetos de indumentaria femenina del siglo XX integran la exposición que permite revisar lo realizado por los grandes nombres de la moda española, especialmente la que se creó desde Barcelona y fíjate que yo desconocía que el gran modisto Manuel Pertegaz era turolense! y tiene una presencia destacada en la muestra, además de Balenciaga, Pedro Rodríguez, Elio Berhanyer, Carmen Mir, Asunción Bastida, Rosser o Flora Villareal, prestigiosa modista de Madrid que vistió a la Duquesa de Alba; y la también turolense, Margarita Nuez, modista habitual desde hace años de la Reina Doña Sofía. Me recordó bastante a lo que sentí cuando visité la Maison Dior en Granville hace dos veranos.

Lo peor de la exposición: que no me dejaron hacer fotos. Ni enseñando el carné de prensa! Necesitaba el consentimiento de Diputación y eso requería prolongar un día más la estancia en Teruel: im-po-si-ble. Así que no os puedo mostrar un bello traje de organza bordado con flores y frutas de Carmen Mir (creo). Dios! Me dejó sin respiración y llena de un deseo bestial por poseerlo.
Para consolarme, un paseo hacia las terrazas del edificio desde donde contemplar una maravillosa vista de la Catedral y sus torres. Qué sobredosis de belleza!

Tras la bajada, nos dirijimos a la Catedral, heredera de una primitiva iglesia construida con ladrillo y mampostería en la segunda mitad del s.XIII y varias veces reformada. Ahora tiene tres naves y un singular cimborrio sobre el crucero, además de un retablo espectacular con un insólito artesonado -el más importante de la España medieval tanto por sus dimensiones como por los motivos que alberga. Por supuesto, no pictures en el interior.

Teruel, aunque pequeña es interminable. Cosida con deliciosos "puntadas" que la hacen única.

Ejemplo de ello es la Iglesia y Torre de la Merced con su mudéjar tardío. Muy cerquita del viaducto y acueducto de Los Arcos, esencia del renacentismo español del s.XVI.

La otra torre, hermana gemela de la de San Salvador es la de San Martín (1315-6) con estructura de alminar y constituida por dos torres, con cerámica en verde y blanco.

Está ubicada junto al Monasterio de las Claras que alberga todas las imágenes que salen en procesión en la Semana Santa turolense.

 

Todas las procesiones estaban dentro de la nave que se podía visitar.

De allí -tras la comida- nos fuimos al Mausoleo de los Amantes. Inaugurado en 2005, es el lugar donde reposan las momias de los amantes. La torre adjunta es la de San Pedro -la más antigua de las torres turoleses que data del siglo XIII-, del mismo nombre que la Iglesia que es de las más bellas que he visto nunca. Me recordaba a la de la Catedral de San Antonio de Padua (Italia) o la de Siena y Florencia solo que aquellas tienen el cielo en azul y la de Teruel en verde.

La Iglesia de San Pedro es de estilo gótico-mudéjar y su parte más antigua es la Torre mudéjar de mediados del siglo XIII.

Sus retablos son alucinantes, en una nave única con capillas laterales que cubiertas con bóveda de crucería simple, circundan todo el templo.

El templo ha sufrido numerosas reformas. El Claustro tiene alabastro en sus ventanales y figuras bastante grotestas, características de la Edad Media.

Toda una experiencia mística-religiosa pisar esos lugares.

El cuadro original está en el Museo del Prado de Madrid. Este es una copia de aquél de Antonio Muñoz Degrain (1884) basado en el relato extraido por Juan Yagüe del Archivo de las Casas Consistoriales de Teruel.  Degrain plasma el amor imposible de Isabel Segura y el empobrecido noble Diego de Marsilla en el año de 1212, escogiendo el pintor el momento del trágico desenlace de la pasión de ambos amantes. Así, en el oscuro interior de la iglesia turolense de San Pedro, yace el cuerpo de Diego de Marsilla amortajado con el traje de guerrero, sobre un catafalco cubierto de rosas y laureles como homenaje a sus triunfos de caballero. Sobre su pecho reposa la cabeza de su amada que acaba de exhalar su último suspiro tras besar los labios de su eterno e imposible amor.

Qué bonito es el amor cuando no se te va la vida en ello...

Fotos: David Sánchez Núñez

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Working Outfit:

Comodidad en un mix de colores que visten. Perfecto para cualquier día de la semana y del weekend si lo acompañas con un bolso más pequeño.

Zapatos, bolso, vestido, aros, medias Blanco

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