Mientras que Dsquared2 se dedica a diseñar trikinis salpicados de cristales Swarovski que resaltan el “brillo” natural de la mujer moderna, otros diseñadores “más puritanos” se encargan de satisfacer la demanda de otro mercado femenino menos glamouroso y que no va a la playa a tomar el sol sino a, sencillamente, practicar la natación y necesita un traje de baño. Hablamos del “burkini” -qué horror de palabra- nombre del bañador que usan algunas musulmanas y que solamente deja al descubierto los pies, las manos y la cara.
La polémica creación -en Holanda ha causado estragos en piscinas públicas, enfrentando a la población no musulmana con los líderes políticos- corre por cuenta de la australiana de origen libanés, Aheda Zanetti, una musulmana amante de los deportes.
Esta historia no sé si la sabéis: La piscina de la ciudad de Zwole (norte de Holanda) -parcialmente financiada con fondos públicos- prohibió el uso del burkini en horarios regulares porque “espantaba a los usuarios que acudían a nadar con trajes de baño normales”. De manera que pidió a las musulmanas que usan el burkini, que acudieran en el horario especial -como lo hacen los nadadores nudistas-.
La reaccion del Ayuntamiento de Zwole fue la amenaza de retirar la subvención de 1,5 millones anuales que concede a la piscina; mientras que el director del Centro Holandés para el Desarrollo Multicultural (FORUM), Sadik Harchaoui, se lamentaba de que el director de las instalaciones hiciera “de su gusto una norma”, porque, según Harchaoui, el uso del burkini contribuye “a la participación e integración” de las mujeres musulmanas y, además, no viola ninguna regla.
Mientras que para las mujeres musulmanas ha sido toda una revolución, al resto pudiera parecernos más un traje de neopreno para buceadores. De risa -diría yo- pero no su precio, que oscila entre los 140 y 150 euros, pudiéndose adquirir en http://www.woortmansportswear.com/
Desde el pasado noviembre 2007, esta tienda de deportes virtual importa en exclusiva, desde Australia, la prenda y la distribuye en Europa y el Norte de África. Las compradoras pueden elegir entre diversos diseños (recatada, deportiva o ajustada), en las que varía el largo de la túnica superior y el ancho de los pantalones, y en numerosos colores, pero siempre garantizando comodidad y sujeción, según los distribuidores.
La propietaria de la empresa, Dorelies Woortman, asegura que los “pedidos llegan por centenares desde Europa, y por miles desde el Norte de África”. Un negocio redondo, si señor.
2 comentarios :
Hola!
Que bien que te encuentro tambien por aqui, tengo que agregarte.
1. Lo del burkini me resulta un poco degradante, vamos no me lo pondria pero si sirve para que algunas mujeres puedan dedicarse a lo que les gusta...el primer ¿bikini/bañador? divino!! Me encantaaa!!
2.Ya te iba a comentar en elle el otro dia: yo tambien soy adicta al primark, cada vez que voy a londres vengo con un monton de cosas, mi madre me riñe y le digo todo por 50€ y se calma. Ahora me van a abrir dos en Oviedo, a 20 min. de la facultad, mi felicidad no se puede expresar con palabras, aunque tengo miedo de que todo el mundo vaya un poco igual vestido...a ver que tal. Voy a subir el viernes a ver si lo han abierto ya y comento a ver que tal está.
Besos
venga, venga, ánimo y a contar luego tu shopping's experience por Oviedo. Yo este finde me voy a Madrid -visitaré el Blanco Outlet de calle Alcalá, que encuentro una chaquetas de ensueño para la oficina- y espero que el próximo finde tenga ocasión de ir al primark de jerez -la curiosidad me mata- Seguimos en contacto Bss ;-)
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