Santa Olalla del Cala, Huelva, está a unos 70 Km. de Sevilla y tiene un precioso castillo que se alza sobre un cerro. El primer documento histórico que refiere a Santa Olalla es un privilegio del rey Sancho IV de 1293, en el que se habla de un acuerdo del concejo de la ciudad de Sevilla de construir castillos en Cumbres y Santa Olalla, «porque con los otros castiellos e las otras fortalezas que son en essa Syerra podría seer guardada toda essa tierra muy bien».
Sin embargo, Alfredo J. Morales, en su obra Arquitectura Medieval de la Sierra de Aracena duda de que la construcción del castillo haya sido de nueva planta a partir de 1293, y aventura su existencia por lo menos al siglo XII, en el período musulmán pues según él, la puerta principal es una patente construcción musulmana, como sus muros, las torres rectangulares, o las molduras horizontales que tienden a recortar la verticalidad del torreón -elemento corriente en las realizaciones almohades que recuerdan los lienzos que aún subsisten de la cerca de Sevilla-. Aunque, aclara el autor que, cristianas son las torres circulares que debieron ser realizadas durante el siglo XIV.
En el siglo XIII el ejército castellano conquistó la Sierra de Aracena, en su avance hacia Sevilla y la Baja Andalucía, y la zona fronteriza entre cristianos y musulmanes durante los siglos que precedieron a su reconquista mantuvo su carácter, entre el Reino de Sevilla y el de Portugal, prácticamente hasta el siglo XVIII, cuando se llegan a estabilizar los conflictos entre los dos principales reinos peninsulares.
Este área militarizada y caballeresca, que defendía el gran Reino de Sevilla de las amenazas portuguesas, estaba protegida por una cadena de castillos y ciudades fortificadas que se comunicaban visualmente alcanzando hasta la misma Sevilla. Uno de estos castillos era el de Santa Olalla del Cala, que se comunica visualmente con el de Real de la Jara, ya en la provincia de Sevilla. Entre las ciudades fortificadas destacaba Aracena en la que tenía sede la Orden del Temple, y que cuenta con su iglesia mayor, proyecto del humanista Juan de Herrera. Pero Aracena bien merece un post ella sola, así que de eso hablamos otro día.
Después de pisar tanta piedra, el estómago empezó a rugir con fuerza, de modo que corriendo a Higuera de la Sierra por la A-461 para comer en "El Vitamina" cuya especialidad son las setas. Si vais, yo os recomiendo el revuelto y las croquetas de setas, aunque el estofado de cordero tampoco tiene nada que envidiarles.
Y caminito de Sevilla, un ligero desvío al Factory del Aeropuerto para visitar: Bimba y Lola, Roberto Verino, Purificación García, Camper, Zas, Massimo Dutti -allí encontré la falda tubo en negro que estaba buscando-, antes de entrar en el cine a ver la peli -entretenida sin más-.
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