El Puente de Andalucía estuve entre Almería y Granada. Para concretar, entre Almería ciudad, el Cabo de Gata y la Comarca de Guadix. Cuevas, almendros, mar y montaña everywhere. Yo no tenía ni idea de que Almería tenía tantos resquicios árabes ni de que en Guadix hay una Catedral que sirvió de cárcel durante la Guerra Civil. Almería tiene una Alcazaba- igual que Guadix pero ésta no se puede ver porque la están restaurando- a la que puedes entrar gratis, si eres ciudadano de la Unión Europea y donde habitan cientos de gatos. Merece la pena subir a verla y asomarse por sus murallas a contemplar el mar y las montañas. Tras el esfuerzo -el hambre apremia- es la ocasión ideal para comer en la Tetería Almedinatabulé, a pie de la Alcazaba, y pedirte un menú marroquí de primerísima calidad y mejor precio. Os recomiendo el de tomate y menta. Y luego o antes, una vueltecita por la calle de las tiendas que te lleva al paseo marítimo donde se conserva una estructura de hierro monumental, antiguamente usada para el transporte de minerales. Visitar la Catedral de Guadix, que mezcla estilos góticos, renacentista y barroco; la Plaza de la Constitución, curiosamente de aires castellanos y como no, perderse en el barrio de las Casas Cuevas hasta llegar al mirador y contemplar Guadix desde los cielos, no tiene precio la experiencia. Como tampoco, el tropezar en la calle ancha de este pueblo con una cuadrilla de costaleros en pleno ensayo y sentir que la Semana Santa está cerca y suspirar porque el Puente se acaba y… de vuelta a casa.
Y hacia Granada, es obligatorio visitar La Calahorra, su castillo y deleitarse en las vistas que ofrece: una ladera de almendros que dentro de muy poco estarán completamente floridos, y aún empolvada en estas fechas, Sierra Nevada reinando en el horizonte.
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