Preparing my holidays... from Seville

Outftit: vestido Primark, zapatos Pepita is Dead, bolso Bimba&Lola, cinturón Mango.

Mirando a la Giralda recuerdo el día que subí a la Catedral y conocí la ciudad, de antepasados árabes, desde arriba. Os lo conté aquí y volvería a repetir la experiencia. Nunca se conoce lo suficiente una ciudad. Ni siquiera la tuya. Hay demasiados secretos, leyendas, misterios que descubrir y una vida, repartida entre infinitas demandas de atención, no lo permite.

 

Veo en estas fechas numerosos turistas que se acercan a Sevilla en estos calurosos días. Muchos proceden de Nápoles, Italia, gracias a los vuelos directos de Raynair. Con guía en mano se muestran entusiasmados ante la nueva cultura y desean saber más de ella. 

Probablemente llevarán semanas preparando su viaje. Descifrando mapas donde ubicar sus itinarios y buscando en foros dónde comer y qué visitar. Todo sea para aprovechar su estancia lo mejor posible. Yo supongo todo esto en base a mi propia experiencia porque cada vez que viajo es como si me hiciera un máster sonbre las ciudades que me esperan.

Ya solo me quedan días para ir en busca de esas ciudades, objeto de mi curiosidad este verano, pero antes me gusta empaparme de la mía. Recorrerla, fotografiarla, es como una despedida. Como un hasta pronto. Y ya estoy lista para, camaleónicamente, integrarme en lo ajeno y admirarlo. Porque cada ciudad, pueblo o nación tiene mucho de lo que podemos aprender y cuando viajamos podemos traernos un poquito de su alma con nosotros y seguir disfrutándola en nuestra ciudad de origen.

Estocolmo y los Países Bálticos me esperan mientras que yo los deseo en la distancia. Cada día, me gustraría contaros qué veo en cada lugar y mostrároslo con fotos. Seguramente no podré contestar a vuestros comentarios con la asiduedad que me gustaría y espero que me perdonéis porque a la vuelta me pondré al día.

Sevilla seguirá aquí y a la vuelta de mis vacaciones... yo seguiré adorándola.