Las 22.30 -hora de cierre de las puertas de Diputación- un cartel en la puerta con: "Entradas Agotadas" y una fila de gente que no para de entrar al recinto. El ambiente era festivo. Me recordaba al de los cines de verano de mi infancia. En una noche no especialmente calurosa para ser julio, la expectación estaba a flor de piel, “diva” le gritaban a una Najwa aún ausente del escenario. Público de todas las edades -hasta una niña a la que la cantante le dedicó su tema I wish the cat could talk-.
Quince minutos más tarde de lo previsto empezó el concierto, tras aparecer vestida de rojo -yo juraría que el vestido era un clon del que lució en la movie Abre los Ojos, de Amenabar- y enfundada en unos taconazos -de Prada quizá?- la polifacética artista, acompañada de Carlos Jean y del resto de su banda. El primer tema fue de su primer álbum con Carlos, No Blood, Dead for you; antes de entrar de lleno en los temas de su último álbum Till it breaks.
Anárquica y desgarrada, fue saltando de un tema a otro a veces bromeando con un público exaltado que le gritaba guapa, “más tú”- apostilló en una ocasión la cantante, respondiendo así al piropo de una fan. Gananándole una apuesta a Carlos incluso se arrancó por sevillanas, fumó varios cigarrillos “y eso que lo estoy dejando”, y en un alarde de no-protagonismo, repetía guiños constantes al operador de luces para que enfocara a Carlos y al guitarra Javier, en vez de a ella.
Se fue y volvió a salir, ante la insistencia del público, para terminar el concierto -que duró dos horas- con más temas de su anterior álbum con Carlos: Like those roses y I have not blood.
Medios sordos fuimos saliendo. Continuaba el ambiente festivo y la brisa era aún mayor que cuando entramos. Ahora hay que esperar al viernes, a que MARLANGO ponga el broche final a estas noches deliciosas en el Patio, gracias al programa ideado por la Diputación Provincial de Sevilla.
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