Baena es gastronomía, arqueología y cultura

Hace unas semanas recibí un mail del Ayuntamiento de Baena, Córdoba, invitándome a una visita cultural a la ciudad. Se trataba de un fam trip en el que 15 periodistas y bloggers de toda España tendríamos una experiencia turística en Baena para luego compartirlo con nuestros lectores. Me hizo mucha ilusión, porque ya sabéis lo viajera que soy, y además porque me pareció una iniciativa muy acertada y con una visión actual y moderna sobre la importancia de las redes sociales y de quienes trabajamos en ellas.

De hecho, desde la primera visita que hicimos al Museo del Aceite y el Olivar, los móviles 3G, iphone y/o ipod no dejaron de entrar en twitter o facebook, por no hablar del uso constante de las cámaras de fotos, claro. El Museo es un antiguo molino que recoge en sus dos plantas los aspectos más importantes del aceite y del olivar. Os aseguro que el aceite de oliva de Baena es una especie de oro líquido para los sentidos. Su color y sabor son de primerísima calidad.

Tanto es así, que en Internet se vende como un producto made in Spain que además de rico tiene unas propiedades muy saludables. Y lo sé porque curioseando por la red no tardé en encontrarme con la web que os pongo abajo en la que lo comercializaba una empresa francesa, más concretamente de París, pero no os pongo la dirección para no darle publicidad gratuita a dicha empresa. Que si queréis aceite de Baena podéis preguntar en www.museoaceite.com cómo conseguirlo.

Del Museo del Olivar y el Aceite nos fuimos a Torreparedones, un parque arqueológico que está a 22 km. de Baena. Por el camino, Antonio Zafra técnico de www.adegua.com (Asociación para el Desarrollo del Guadajoz Campiña Este de Córdoba) que administra el blog http://oleopolis.wordpress.com nos fue relatando los orígenes de la zona la cual, gracias a las excavaciones arqueológicas, ha ido destapando sus secretos, bien guardados por años.

Y es que en este asentamiento que nace en el s.II a.C. se desarrollaron posteriormente 3.500 años de vida, en una ciudad de nombre desconocido pero que los investigadores quieren enmarcar en la colonia que Plinio mencionase como Ituci Virtus lulia. Imaginaros la magia que supone pisar esas piedras, escuchar ese silencio que te susurra secretos en cada vértice del camino. Cuánto respeto y admiración despierta caminar por semejante páramo donde te vas encontrando retazos de Historia. Pero primero hay que entrar por el punto de acceso a la ciudad antigua a través de la reconstruida Puerta Oriental que veis arriba.

Tras perder un primer aliento y dejar atrás la puerta y murallas del año 600 a.C. hay que subir al encuentro del Santuario. Allí era donde los devotos acudían en busca de poderes curativos para sus males y el de sus seres queridos. La diosa Caelestis les esperaba dentro de una columna sagrada que aún se conserva dentro del templo reconstruido (el original está en el museo de Baena) dispuesta a responder sus plegarias y recibir los exvotos en muestra de agradecimiento.

Abajo, los llamados exvotos que los fieles, agradecidos por la respuesta de la diosa, donaban al templo y cuyos originales se conservan en el Museo Histórico Municipal.

Del Santuario pasamos al Foro y a pesar de la lluvia, que nos cubría de humedad de vez en cuando, el grupo avanzaba. A veces con el paraguas cerrado, colgado del brazo, sin apartar la atención del arquitecto responsable del buen curso de las obras. El interés por el sitio superaba a la molesta lluvia.

Y no era para menos ya que en Torreparedones se da el tercer caso de inscripciones sobre pavimento que se conoce en lo que fue la provincia romana de Hispania, los otros dos casos se dan en Sagunto (tengo una entrada pendiente de subiros de esta ciudad) y Segovia.

El Foro o lugar de reunión llegó a convertirse con el tiempo en centro político, lo que generó la creación de edificios civiles, administrativos, económicos y templos. En las labores arquitectónicas que el Ayuntamiento de Baena ha financiado en Torreparedones, se ha encontrado la cabeza del emperador Claudio, del siglo I d.C. siendo ésta la quinta representación de este emperador que aparece en España y en este caso además, en uno de los foros con mayores dimensiones de los localizados en la antigua provincia romana de Hispania, ya que tiene casi 700 m2.

Abajo está la parte del Foro en la que se ha descubierto la inscripción, con el nombre del mando político local que costeó la pavimentación de esta plaza pública, durante la época del Emperador Augusto. 

Se trata, según la inscripción, de Marco Junio Marcelo, perteneciente a la tribu Galeria, cuyo nombre se incrustó con letras de bronce sobre el pavimento en respuesta a su donación económica.

Del Foro pasamos al Castillo Medieval que justamente una semana antes de nuestra visita, y debido a las fuertes lluvias y el mal estado de conservación, se desprendió por un lado de la torre. No ha dado tiempo a que la Junta de Andalucía intervenga en su reconstrucción antes del accidente de modo que ahora tendrá más faena.

Y antes de marcharnos de Torreparedones algunos de nosotros, los más atrevidos (yo no) bajaron a una tumba que hacía solo unos días que se había descubierto. Así que lo vais a conocer en primicia. En la imagen de abajo podéis ver los huecos que hay en la pared donde se colocaban los nichos de los restos mortales incinerados y al frente, las escaleras que daban acceso a la zona funeraria.

Otra de las maravillas de Baena es su gastronomía. Ya os hablé antes de su preciado aceite de oliva con el que se cocinan y aderezan exquisitos manjares, como el tomate de primerísima calidad que se siembra en sus campos y que almorzamos en el restaurante del Albergue Rural Ruta del Califato. El bacalao, las croquetas caseras, la cola de toro y hasta el pan tenían un sabor que dignifica a esta zona agrícola, centrada en el cultivo del cereal, el olivo y la vid. Su gastronomía es mundialmente reconocida por la Denominación de Origen de su aceite llamada “Baena”, así como por la Denominación de Origen Montilla-Moriles a la que pertenecen sus vinos.

Baena es una ciudad llena de sorpresas agradables en sus calles. Macetas de geranios colgadas de blancas paredes, palmeras, iglesias, vistas privilegiadas donde los olivos conforman mareas verdes que silban al viento. Abajo, la Iglesia Conventual de Madre de Dios de 1510, frente al Castillo donde estuvo preso Boabdil antes de que la ciudad dejara de ser árabe.

Baena procede del árabe Bayyana, que es la transcripción del nombre de una de las múltiples villas romanas. Tras perder su poderío en el s.XIX, el Castillo está en proceso de recuperación gracias a que el Ayuntamiento de Baena se ha empeñado en levantarlo de unas cenizas, que antes reuniera hasta diez torres, algunas de ellas incluso habitables.

Y esas vistas, que son el éxtasis del visitante. No te pierdas este placer para los sentidos. Ojos que se abren para contemplar la grandeza de estas tierras; la piel erizada por el viento amigo cuyo sonido te baila en los oídos. Y la mente que vuela hacia episodios de glorias pasadas...

Del Castillo fuimos a la última parada de nuestro viaje, el Museo Histórico Municipal, ubicado en la Casa de la Tercia, muy cerca de la Casa Consistorial, donde reposan los testigos históricos y patrimoniales de Baena desde sus inicios en el Paleolítico.

Allí fui entrevistada por un par de cadenas de TV y una de radio. Mi primera oportunidad para manifestar mis impresiones sobre el fam trip en la preciosa Baena.

Outfit: Chaqueta Zara; Blazer, falda vaquera, camiseta Mango; 

pañuelo y aros Uterqüe; colgante Mango;

zapatos Pepita is Dead; bolso Loewe

Tras las entrevistas, una visita por las salas recién estrenadas del museo en las que hasta el momento se han catalogado cerca de 200 yacimientos de interés arqueológico, entre los que destacan lugares como Torreparedones, Cortijo de Izcar, Cerro de los Molinillos, Torre Morana y Cerro del Minguillar.

En casi todos estos sitios se han realizado excavaciones arqueológicas, las más recientes en Torreparedones, por un equipo de arqueólogos que proceden de las que Universidades de Córdoba, la Complutense de Madrid y la de Oxford.

Desde aquí quiero agradecer al Ayuntamiento de Baena y a la Asociación para el Desarrollo del Guadajoz Campiña Este de Córdoba por esta oportunidad de conocer y saborear estas tierras andaluzas que os recomiendo como destino de vacaciones y a las que tendré que volver para seguir conociendo los templos, plazas y calles de su almedina que la hacen única e irrepetible.

Fotos: David Sánchez Núñez

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